Pastoral de la Salud
“Laudato si, mi Signore” — “Alabado seas, mi Señor”, cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: “Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre Tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba” (Cántico de las Creaturas 263).
Hoy celebramos la fiesta de san Francisco de Asís, el santo patrono de los ambientalistas, el patrono del medio ambiente y ecología. Hoy oramos de manera especial por el papa Francisco, sucesor de Pedro que ha elegido este nombre para su Pontificado.
El 24 de mayo de 2015, en la solemnidad de Pentecostés, el papa Francisco publicaba la Carta Encíclica “Laudato si” (Alabado seas), sobre el cuidado de la casa común.
El Papa escribe que tomó su nombre como guía y como inspiración en el momento de su elección como Obispo de Roma. Dice el Papa: “Creo que Francisco es el ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología, amado también por muchos que no son cristianos. Él manifestó una atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados. Amaba y era amado por su alegría, su entrega generosa, su corazón universal. Era un místico y un peregrino que vivía con simplicidad y en una maravillosa armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior”.
Hoy más que nunca debemos sentirnos corresponsables en el cuidado de nuestra “casa común”, somos herederos de esta tierra, de la creación que Dios ha dispuesto para hacer uso consciente y responsable. ¿Qué estamos enseñando a las nuevas generaciones?
Uno de los más grandes problemas que ya padecemos los habitantes de esta hermosa tierra es acerca del agua potable y limpia, pues representa una cuestión de primera importancia, porque es indispensable para la vida humana y para sustentar los ecosistemas terrestres y acuáticos.
El Papa escribe en “Laudato si” en el número 28: “Las fuentes de agua dulce abastecen a sectores sanitarios, agropecuarios e industriales. La provisión de agua permaneció relativamente constante durante mucho tiempo, pero ahora en muchos lugares la demanda supera a la oferta sostenible…— Presbítero Alejandro Álvarez Gallegos, coordinador diocesano para la Pastoral de la Salud
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