Las emociones más saludables

Pastoral de la Salud

La salud es un don precioso que se valora más cuando falta. La persona que está enferma ansía recuperarla, pero el que tiene salud puede sentirse tan seguro de la posesión de este bien que se vuelve descuidado y derrocha las fuerzas vitales que le proporcionan esa sensación de bienestar.

La enfermedad es consecuencia de no prestar atención a las leyes establecidas por el Creador.

Durante su ministerio Cristo dedicó una gran parte del tiempo a sanar a los que estaban enfermos; es decir, Jesucristo tenía como objetivo primordial en su ministerio la curación y salvación de los enfermos.

El Señor Jesús ofrece un remedio perfecto para todas las enfermedades que resultan de las tensiones y conflictos emocionales producidos por nuestra agitada forma de vivir.

Él dice: “Vengan a mí todos los que están cansados, que yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. (Mt 11, 28-30).

Hay maneras en que puede mejorar su salud emocional. En primer lugar, trate de reconocer sus emociones y comprender por qué las está teniendo. La clasificación de las causas de la tristeza, el estrés y la ansiedad en su vida puede ayudar a controlar su salud emocional. Los siguientes son algunos otros consejos útiles.

Exprese sus sentimientos de manera apropiada. Si los sentimientos de estrés, tristeza o ansiedad están causando problemas físicos, guardar estos sentimientos puede hacerlo sentir peor.

Está bien hacer que sus seres queridos sepan cuando algo lo molesta. Sin embargo, tenga en cuenta que su familia y amigos no siempre pueden ayudarlo a lidiar con sus sentimientos de forma adecuada. En estos momentos, pida ayuda a alguien fuera de la situación. Trate de pedir asesoramiento y apoyo a su médico de cabecera, un consejero o un asesor religioso para que lo ayude a mejorar su salud emocional.Viva una vida equilibrada. Concéntrese en las cosas por las que se siente agradecido en la vida. Trate de no obsesionarse con los problemas en el trabajo, la escuela o el hogar que conducen a sentimientos negativos.

Esto no significa que tenga que pretender ser feliz cuando se siente estresado, ansioso o enfadado. Es importante para hacer frente a estos sentimientos negativos, pero también trate de centrarse en las cosas positivas en su vida.

Es posible que desee utilizar un agenda para llevar un registro de las cosas que lo hacen sentir feliz o tranquilo. Algunas investigaciones han demostrado que tener una actitud positiva puede mejorar su calidad de vida y dar un impulso a su salud. También puede ser necesario que encuentre maneras de deshacerse de algunas cosas en su vida que lo hacen sentirse estresado y abrumado. Tómese un tiempo para disfrutar de las cosas que le gustan.— P. Alejandro Álvarez Gallegos, coordinador diocesano para la Pastoral de la Salud

Hay maneras para mejorar su salud emocional: reconocer sus emociones y comprender por qué las está teniendo…