Los médicos son artífices de paz

Pastoral de la Salud

Hoy celebramos a san Lucas Evangelista, patrono de los médicos y el 23 de octubre próximo celebraremos el día del médico.

San Juan Pablo II en un mensaje dirigido a los médicos italianos en el año 2004 les decía: “Como médicos, es decir, como servidores de la vida, encontráis en el ejercicio de vuestra profesión una ocasión privilegiada para contribuir a la edificación de un mundo que corresponda cada vez más a la dignidad del ser humano. La medicina, entendida auténticamente, habla el lenguaje universal de la comunión, poniéndose a la escucha de todo hombre, sin distinción, y acogiendo a todos para aliviar los sufrimientos de cada uno. No existe un solo ser humano que no haya sufrido o no pueda sufrir una enfermedad. Esta puede afectar a todos, implicando a la persona en todos los niveles, desde el físico hasta el psicológico”.

En el plan de la Iglesia Católica para la construcción de la paz se ofrece, en la etapa 2: la construcción de paz como eje transversal de la pastoral social en el país.

En ella se menciona que el aporte de la Dimensión de la pastoral de la salud es el siguiente: a) Promover la salud integral de la persona en medio de las situaciones de violencia. b) Ofrecer la atención física, psicológica y espiritual de las personas en situación de duelo y/o de despojo. c) Diseñar materiales pastorales para la atención de las nuevas orfandades. d) Rescatar a los jóvenes y a toda persona que haya caído en las garras del consumo de drogas, sin estigmatizarlos ni criminalizarlos sin una razón objetiva.

El médico, desde el ejercicio de su propia vocación, puede contribuir a la edificación de la paz en la sociedad. La medicina es un puente valioso para encontrar a las personas y devolverles lo más preciado que tiene un ser humano como lo es la salud. Ciertamente esto no siempre se puede ofrecer como algo absoluto, pues la salud es un don de Dios pero también una conquista del hombre, a través de los cuidados y terapias de prevención.

La paz es un don pero también un trabajo que día con día se realiza. No es un punto de llegada, sino un camino que recorrer.

En la medida que la humanización de los médicos sea una realidad en los hospitales, e instituciones de salud, tendremos seguramente comunidades en paz. Ya en el mismo campo de trabajo es posible ser un artífice de la paz, pues en la medida que se lleven a cabo acciones de promoción social que conduzcan a la paz se estará construyendo, ahí mismo en el campo laboral la paz tan anhelada. Cuando las relaciones médico-paciente se dan con respeto, veraz y claridad. Cuando las relaciones laborales entre el médico-enfermeras-trabajadores sociales, y entre los mismos médicos se dan con respeto y autonomía. Cuando se evitan los chismes, rumores, celos, envidias y calumnias profesionales. Cuando se busca la promoción del otro como un auténtico deseo de superación del instituto y de la promoción del compañero. Estas y otras muchas oportunidades tienen los médicos para ser promotores de una cultura de la paz en sus entornos. Muchas felicidades a todos los médicos en su día, oremos por cada uno de ellos.— Alejandro Álvarez Gallegos. Coordinador Diocesano para la pastoral de la salud