Pastoral de la Salud
Iniciamos un nuevo año y con esto la oportunidad de replantearnos nuestra propia vida. Mucha gente suele hacer propósitos para ser mejor, cambiar de hábitos o de estilo de vida.
Pero, ¿qué es lo importante? Cada uno de nosotros hemos tenido la oportunidad de hacer un examen de conciencia al despedir 2019.
Creemos que la salud, junto con la vida misma, es el don más preciado que Dios nos puede conceder.
Es preciso valorar la salud, es importante valorar el don de la vida humana que Dios nos regala cada día. Somos peregrinos en este mundo y estamos de paso, pero el tiempo vivido ojalá lo usemos para amar a Dios y para hacer el bien a nuestros hermanos.
Ante nosotros se encuentran 365 días de oportunidades para salir al encuentro de los demás, especialmente de los más débiles, de los indefensos, de los marginados, de los pobres y vulnerables. Procuremos vivir en los valores del Evangelio, que son asimismo valores profundamente humanos y universales: la honestidad, la justicia, la paz, el respeto, la solidaridad, el bien común, por citar algunos.
Estamos aún en el tiempo de Navidad, contemplemos a Jesús, humilde y sencillo; miremos a María y a José, ¿qué debemos aprender de ellos? Nazaret es una escuela y nosotros, los discípulos.
Que este año 2020 esté lleno de la bendición de Dios, que viene a nuestro encuentro.— Presbítero Alejandro Álvarez Gallegos, coordinador diocesano para la Pastoral de la Salud