Equilibrio para cumplir los propósitos

Con la gracia de Dios hemos iniciado un nuevo año y con ello seguramente nuevos propósitos, que con toda seguridad se quieren cumplir.

Propósitos que seguramente se han meditado y se ven como una necesidad en la propia vida, pero es muy importante que se tenga en cuenta que el equilibrio en la vida es necesario.

Cuando hablo de equilibrio quiero decir saber integrar las áreas de nuestra vida, sin privilegiar ninguna más que otra.

Área humana: ordenar nuestras ideas, pensamientos y decisiones. Revisar las condiciones actuales de salud, reestructurando lo que esté fuera de lo normal, cambiando hábitos de alimentación y haciendo ejercicio, con el fin de tener una vida más saludable.

Área espiritual: preguntarme, ¿actualmente cómo está mi relación con Dios? ¿frecuento los sacramentos? ¿soy de los que sentencian que me relaciono con Dios pero no con la Iglesia? ¿mi vida de oración es lo suficientemente libre y fecunda para mantenerme fuerte y fiel viviendo en paz?

Área social/comunitaria: ¿soy abierto para crear y mantener relaciones y amistades sanas que me hacen mejor persona y me llevan a Dios? ¿Busco a mi familia? ¿Colaboro en mi parroquia asistiendo y participando activamente en las diversas acciones que se convocan?

Área intelectual: ¿cuántos libros leo al mes? ¿debería cambiar la literatura que leo por algo que me enaltezca más como una persona íntegra? Asisto a cursos o conferencias para formar mejor mi conciencia y ser un ciudadano más crítico y un cristiano más comprometido?

Estas pueden ser algunas preguntas que pueden ayudar a redimensionar los propósitos de año nuevo que son buenos siempre y cuando reflejen una determinación por ser y construir una mejor persona y un mejor cristiano en conversión constante. Me parece que tenemos un año por delante que aunque con muchos desafíos, puede ser saludable.

P. Alejandro Álvarez Gallegos, coordinador diocesano para la Pastoral de la Salud Yucatán. Jueves, 12 de enero de 2017.