Los abuelos, sabiduría pura

Pastoral de la salud

El pasado miércoles 28 celebramos en México el día del adulto mayor, conocido como el día de los abuelos. Todos tenemos o hemos tenido abuelos, algunos tuvieron la dicha de convivir con ellos y otros no.

En lo personal guardo muy buenas y hermosas experiencias de mis abuelos. Ellos fueron una fuente de sabiduría para mi educación. A ellos les debo muchos valores aprendidos.

La Carta a los hebreos nos dice: “Acuérdense de sus mayores, que les han predicado, aquellos que les han predicado la palabra de Dios. Y considerando su fin, imiten su fe”. La memoria de nuestros antepasados nos lleva a la imitación de la fe.

El papa Francisco advirtió que: “Un pueblo que no respeta a los abuelos carece de memoria y por lo tanto de futuro”.

Historia viva

En efecto, los abuelos son la historia viva no solo de un pueblo, sino de una familia y de una comunidad. Necesitamos de ellos. En una familia cuando queremos conocer historias de parientes que vivieron muchos años antes que nosotros recurrimos a los abuelos, a las memorias vivas que están conviviendo con nosotros.

Por eso, es muy importante darles el lugar que les corresponde, un lugar en medio de nuestro hogar, y aquí no me refiero solo a lo geográfico sino un lugar en el corazón de la familia. Un corazón que palpita porque ama y reconoce en sus abuelos la imagen viva de Dios. Pienso cómo Jesús convivió con sus abuelos. En la Sagrada Escritura no dice nada al respecto, pero no es difícil de intuir que Jesús dialogó con ellos y aprendió a amar con ellos.

Más cercanía

Acérquense a sus abuelos, disfruten de ellos, platiquen, salgan y beban de esa sabiduría que tienen.

Abraza a tu abuelo, dale las gracias por todo lo que te ha enseñado, y si ya no está en este mundo, pídele a Dios por su eterno descanso junto a Él. ¡Felicidades a todos los abuelos!.— Presbítero Alejandro Álvarez Gallegos, coordinador diocesano para la Pastoral de la Salud